Adventistas del sur de Filipinas socorren a los evacuados de Marawi, desplazados por luchas entre militantes
May 31, 2017 | Ciudad Mawari, Filipinas | Teresa Costello, e informes adicionales de Jade Soreño y Romhelyn Gay Deles
Grupos adventistas están ayudando a los evacuados desplazados de Marawi, la ciudad musulmana más grande de Filipinas, durante peleas entre militantes en el sur del país la semana pasada. Los integrantes de un grupo de militantes llamado Maute invadió la ciudad como respuesta a un fallido intento militar de capturar al líder pro-ISIS del grupo el pasado 23 de mayo. Tomaron un hospital del gobierno e incendiaron un colegio cristiano privado y la cárcel de la ciudad, lo que llevó a que el presidente de Filipinas Rodrigo Duterte declarara la ley marcial en la isla de Mindanao.
Aunque las cifras exactas son difíciles de determinar, los funcionarios estiman que hasta dos mil de los más de 200 mil residentes siguen atrapados en la ciudad, debido a la lucha entre el ejército y los militantes. El resto huyó durante los primeros días del asedio, que duró una semana, y miles llegaron hasta Ciudad Iligan, a unos 60 kilómetros al norte de Marawi. Aunque muchos usaron el transporte público o personal, algunos huyeron a pie, procurando llegar caminando hasta la ciudad. Otros hallaron refugio en las zonas aledañas a Marawi. El influjo de evacuados hizo que las autoridades de Ciudad Iligan declararan la clausura de la entrada a la ciudad el pasado 29 de mayo, debido a los temores de que los militantes podrían tratar de ingresar a la ciudad junto con los evacuados y ampliar así su influencia en la zona.
En respuesta a la difícil situación de los evacuados, miembros de la Iglesia Adventista están ayudando de todas las maneras posibles. Están reuniendo artículos tales como paquetes de alimentos, agua, artículos personales, pañales y prendas de vestir. El Centro Médico Adventista de Ciudad Iligan está listo para ofrecer ayuda según sea necesario. El trabajador social del hospital organizó hace poco un visita a uno de los centros de evacuación de la ciudad, en el patio exterior de la Escuela de Pesca de Iligan.
“La situación actual ofrece poca comodidad a los evacuados que están durmiendo en el piso del patio exterior. Veo la necesidad de organizar un misión médica para evitar un brote de enfermedades entre los que buscan seguridad en los centros de evacuación”, dijo Jun Mar, que trabaja en el centro médico.
Sin embargo, lo primero que se ha sabido es de las acciones bondadosas de los miembros de la iglesia en el lugar. Un grupo de feligreses viajó casi 90 kilómetros desde la sede de la Iglesia Adventista en la región, en Cagayan de Oro, hasta Ciudad Iligan. Allí distribuyeron prendas de vestir, artículos de tocador y alimentos a uno de los tres centros de refugiados de la ciudad. Allí también escucharon y trataron de alentar a las mujeres que habían huido con sus hijos, y que ahora se preguntas qué les sucedió a sus maridos.
Al mismo tiempo, el grupo visitó a otros que viven en las zonas más azotadas por la pobreza, y descubrió que eran los primeros en recibir allí alguna ayuda. En una casita precaria, descubrieron que allí estaban alojadas 42 personas. Los evacuados agradecieron al grupo por llevarles los artículos que tanto necesitaban, y por darles esperanza.
Uno de los miembros del grupo ahora está organizando un comedor para alimentar a soldados del ejército. Aunque el gobierno cubre sus necesidades, el apoyo y la ayuda adicionales les sirve de aliento en esas largas y difíciles jornadas.
A medida que las bajas se incrementaban durante la semana, los adventistas de las Filipinas y el extranjero se mostraron preocupados por los miembros de una congregación adventista de la ciudad. La congregación está compuesta por estudiantes y personal docente de la Universidad Estatal de Mindanao. Se informa que todos ellos han sido evacuados de manera segura. Los estudiantes regresaron a los hogares de sus familias, y el personal docente fue trasladado a Iligan.
Los adventistas de la región piden a la iglesia mundial que oren por los habitantes de Marawi y por los adventistas que están esforzándose por mostrar compasión y representar a nuestro solícito Dios en medio del conflicto.
Marawi está ubicada en Mindanao, la segunda isla más grande y la más meridional de las Filipinas. La Iglesia Adventista cuenta con dos mil iglesias y casi 500 mil miembros en la región, que incluye Mindanao y el Archipiélago de Sulu.
Traducción de Marcos Paseggi
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