Dirigentes adventistas convocan a la cooperación internacional para poner fin al abuso de refugiados en Libia
Evidencia reciente a través de videograbación acerca de un activo mercado de esclavos en el país norteafricano de Libia, ha llamado la atención internacional hacia lo que es, hasta ahora, una mayormente no dada a conocer gran tragedia contra derechos humanos, dijo un vocero de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
“Lo que revela esta videograbación es la estremecedora y despiadada explotación de vulnerables seres humanos; de refugiados que están buscando desesperadamente un escape a la pobreza y la violencia”, expresó Nelu Burcea, quien es la persona enlace entre la Iglesia Adventista y las Naciones Unidas y es también un director asociado del departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa (PARL) de la misma. “Nuestra iglesia se une a aquellos que demandan una acción internacional concertada para poner fin a este inmenso desastre de violación de derechos humanos en el Norte de África”.
De acuerdo con Nelu Burcea, el tráfico de esclavos en Libia representa solamente una parte de un mucho mayor cuadro de abuso de refugiados africanos. La posición geográfica de Libia, país situado justamente enfrente del Mar Mediterráneo frente a Italia, se ha convertido en un importante punto de tránsito para los refugiados africanos que pretenden entrar a Europa. La Organización Internacional de Migración de las Naciones Unidas (IOM, por sus siglas en inglés), estima que, aproximadamente unas 450,000 personas han intentado emprender la peligrosa jornada marítima desde Libia hasta Europa, durante los pasados tres años.
Sin embargo, a partir de los crecientes esfuerzos europeos de poner fin al contrabando humano y de hacer volver atrás las embarcaciones de refugiados, un creciente número de personas refugiadas se ven atrapadas en los ya sobresaturados centros de detención e improvisados centros de refugiados de Libia. Informes procedentes de estas instalaciones hablan de condiciones deterioradas, mala organización y anarquía. Al irse empeorando cada vez más la situación, varias milicias locales y grupos tribales se han desplazado para explotar a aquellos que están atrapados en Libia y que no cuentan con los medios para continuar su viaje a Europa como refugiados, o bien, para regresar a su país de origen.
La semana pasada, el Concilio de Seguridad de Naciones Unidas llevó a cabo una reunión de emergencia y prometió redoblar sus esfuerzos en favor de poner fin al abuso de los refugiados en Libia. El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Gutiérrez, dijo que este mercado de seres humanos “no tiene lugar en el st siglo veintiuno”.
Rick McEdward, presidente de la Unión Misión del Oriente Medio y Norte de África (MENA, por sus siglas en inglés), dijo que la reciente historia de Libia ha sido muy difícil, con tremenda pérdida de vidas debida a prolongadas crisis civiles. Llamó al tratamiento de refugiados, documentado en la videograbación aludida, una “horrenda violación de los derechos humanos básicos”.
“No debemos permitir que ningún quebrantado sistema humano destruya de esa manera a las personas y las trate como mercancía comercial”, dijo el presidente McEdward. “Como iglesia, añadimos nuestra voz para animar a todos los dirigentes políticos, comerciales y religiosos, a unirse en palabras y hechos para proteger la dignidad dada por Dios a los individuos. Debemos hacer juntos un frente para condenar las prácticas abusivas de la esclavitud y cualquier otra forma de tráfico humano”.
Ganoune Diop, director de PARL, de la iglesia adventista mundial, dijo que la iglesia mundial tiene como cometido defender el derecho de cada persona a ser tratada con dignidad y respeto. “Como adventistas, creemos que cada ser humano porta la marca sagrada de su Creador y ha sido imbuida de valor infinito; por lo tanto, nosotros continuaremos hablando en los más altos niveles en contra del abuso de las personas refugiadas e inmigrantes”.
El departamento PARL de la Iglesia Adventista llevará este asunto a las Naciones Unidas el 22 de enero próximo, cuando copatrocinará el Cuarto Simposio Anual del Papel de la Religión y de las Organizaciones de Base Religiosa en Asuntos Internacionales. El tema de este evento de un día de duración, el cual se llevará a cabo en la Secretaría de las Naciones Unidas, en Nueva York, será “Perspectivas sobre Migración: Traslado Forzoso y Marginalización, Inclusión y Justicia”. La Iglesia Adventista es uno de los cuatro organizadores principales de esta serie de simposios que reúne a muchas otras organizaciones no gubernamentales, oficiales de las Naciones Unidas y dirigentes eclesiásticos, a fin de explorar formas en que los grupos religiosos puedan empeñarse juntamente con las entidades internacionales en fomentar un mundo más pacífico y seguro.
Traducción – Gloria A. Castrejón
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